Mesa redonda
Mesa redonda
La fortaleza europea también reside en lo social
Propuestas del tercer sector social ante la nueva legislatura 2014-2019 del Parlamento Europeo
20/09/2013
Blanca Abella
El tercer sector quiere fortalecer el tejido europeo para tener más presencia y mayor peso en las decisiones que llegan desde la Unión. Piden la inclusión de candidatos en las listas, la aplicación de normas ya existentes, como la Convención de la ONU sobre Discapacidad, y el mantenimiento del estado de bienestar, dejando de lado los recortes que se exigen a golpe de directrices. Reclaman también más información y la implicación de toda la ciudadanía. Todo ello se debate en esta mesa redonda del CERMI.
Carlos Susías, presidente de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión (EAPN) inicia la ronda de intervenciones que da comienzo a esta mesa europea, una mesa de debate donde se tejen las políticas europeas, porque tal y como asegura Susías, “
Europa somos nosotros, esto es una mesa europea”.
Y lo que resulta inevitable en esta mesa es repasar o analizar las políticas europeas que han llevado a nuestro país a la situación actual, y en este sentido la mesa se muestra muy crítica: “El parlamento debería centrarse en lo que son las necesidades de los ciudadanos europeos, no puede ser que solamente nos ocupemos de los intereses de las personas jurídicas de la UE y no de las personas físicas. Nos estamos ocupando de las empresas, de los bancos... y de las personas físicas se entiende que cuanto peor están son más responsabilidad de cada Estado y menos de la UE. Eso es impresentable”, afirma el presidente de la EAPN.
Rafael Company, miembro de la Junta Directiva de Feaps comparte esta opinión y afirma: “Lo que hace falta es la aplicación a fondo. Vamos a dejarnos de que Europa sea para las entidades jurídicas, para las grandes corporaciones y entidades bancarias y que sea para las personas.
Creo que estamos bastante dotados, no es tanto un tema de nuevas declaraciones o nuevos programas como de aplicar las que ya existen. Es verdad que en esta última legislatura hemos conocido a Europa por todas sus amenazas incluso sobre nuestros derechos sociales, sus intervenciones económicas y los recortes que se han producido. La culpa se la echamos a Europa en definitiva porque ha sido el que ha venido con el mando”.
Roser Romero, secretaria de organización de Cocemfe, se muestra más crítica aún asegurando que las políticas se hacen para las personas, no para los políticos, “no para mantener una casta de políticos que vivan bien a costa de toda una población”. Y añade: “No es verdad que haya que reducir el estado de bienestar, pero si realmente las políticas de bienestar social tienen que ir a la baja, tiene que ser conjuntamente con todo, con los políticos, con las inversiones faraónicas que se hacen en algunos sitios, se tiene que notar esa falta de recursos a todos los niveles y en todas las esferas. No puede ser que cuando hablamos de falta de recursos, siempre esa falta de recursos tenga que ir hacia el mismo sitio y haya un sector que parece intocable. A los colectivos y a la población en general, cuando nos dicen algo así, quizás porque se ha creado esa cultura o se nos han machacado tanto, nos sentimos culpables de que esto sea así, y antes de llegar ya tenemos que renunciar”.
Carmen Jaudenes, directora de Fiapas, avanza en la cuestión introduciendo otro factor que preocupa a todos los componentes de la mesa, el desconocimiento o la falta de información de la Unión Europea entre los ciudadanos: “Creo que para el ciudadano de a pie hay mucho desconocimiento y mucho desconcierto, porque Europa es esa que nos sanciona y nos pone firmes en temas económicos y Europa es la que se dedica a hacer brindis al sol, y luego no se materializa nada porque no hay continuidad ni coherencia en las políticas de cada país. El desconocimiento es que nunca sabes muy bien qué supone Europa en el día a día y en el marco legal”.
Una política en remoto
Y en este aspecto hay variedad de opiniones. Una de ellas, es la de Roser Romero: “Es verdad que hay un gran desconocimiento, pero cargar en el ciudadano la responsabilidad de que no tiene conocimiento de Europa, creo que es excesivo. El ciudadano no sabe porque tampoco se le ha facilitado ni se le ha informado ni se le ha dado instrumentos” y añade: “
El ciudadano tiene la percepción de que Europa no vale para nada, que está muy alejada y casi mejor que no venga porque nos van a recortar derechos, nos van a subir impuestos y vamos a tener muchos problemas”.
Company entiende también que ese desconocimiento facilita o alimenta la distancia que se abre entre España y la UE: “Estamos muy alejados de lo que ocurre en la UE y de cómo se toman las decisiones”.
Para Carmen Jáudenes el problema también se encuentra en la falta de acceso: “Lo primero que debe hacer la UE es romper barreras, está muy lejos del ciudadano de a pie, es como si fuera una política en remoto y lo vemos todo muy lejos. Si esto ocurre a la ciudadanía en general, en el caso concreto de las personas con discapacidad y más concretamente de las personas que se pueden ver afectadas por barreras de comunicación todo eso se multiplica, no llega, tenemos una Europa muy desinflada y muy lejana”.
Según Susías el momento actual también tiene importancia y los problemas han favorecido quizás que el desconocimiento disminuya: “Estamos en un momento especialmente importante y ahora es más evidente por parte de la ciudadanía que lo que ocurre en Europa nos afecta. Creo que no tiene que venir nadie a contárnoslo porque ya se han encargado de que nos demos cuenta, lo sabemos. Pero creo que las entidades tenemos que hacer un esfuerzo mayor, en un terreno mejor abonado, y decir que esto cuenta”.
Las entidades participan del futuro
Y es entonces cuando surge el tema principal, los planteamientos que se hacen desde el tercer sector de cara a las elecciones europeas y cómo trabajan estos colectivos. Es hora de hacer autocrítica, y así empieza Rafael Company: “Creo que estamos muy lejos de Europa como tercer sector. Hasta ahora siempre hemos pensado que la política la hacen unos señores y nosotros nos dedicamos a hablar con ellos e intentar hacer simplemente de lobby, pero al final te das cuenta de que si no estás en la política, no estás realmente. Y es un tema que nos tenemos que plantear seriamente porque evidentemente quien dirige la política es quien hace la política, y lo demás es un derecho de petición o una búsqueda de sensibilidades.
Creo que ha sido un gran olvido por parte de nuestros sectores la falta de dedicación concreta a una actividad política, a una presencia directa en la política e intentar llegar a los órganos de decisión y de gobierno correspondientes”.
Para Jáudenes hay algo claro en todo esto: “Creo que el movimiento de la discapacidad español tiene un peso específico muy importante, otra cuestión es el peso que tiene el EDF en su influencia en la política europea; posiblemente será mejorable”.
Sin embargo, la representante de Cocemfe no opina igual, cree que por un lado está la labor del tercer sector como lobby y por otro los representantes del tercer sector que entran en política: “
Creo que el movimiento asociativo del tercer sector está fuerte y sabe lo que quiere y sabe que no puede jugar a dos papeles a la vez, y el papel que tiene que jugar es el de lobby y el otro es el de convencer a los partidos políticos para que no pongan trabas a la entrada de personas de colectivos de riesgo. Si jugamos a las dos cosas al final nos vamos a enredar de mala manera y terminamos haciendo un flaco favor a la gente que estamos representando”.
En este sentido, el representante de la EAPN cree que el tercer sector español es fuerte: “En España se han conseguido muchas cosas y posiblemente ahora mismo tenemos el tercer sector mejor articulado de Europa, con diferencia. Y luego en Europa estamos como en España hace unos años, medianamente articulado el sector de la discapacidad, también el del voluntariado, la plataforma social... hay en Europa un tercer sector en un proceso que necesita darse más coherencia, y es verdad que al mismo tiempo se trabaja en otra dirección donde se intenta que la acción social, los sindicatos, la cooperación, y los movimientos ecologistas vayan teniendo programas más comunes. Es decir, se da la doble situación, que se quiere ir mucho más allá, pero al mismo tiempo tenemos el patio un poco descolocado. También es verdad que el peso del movimiento español en Europa casi siempre es muy fuerte y creo que desde España tenemos mucho que hacer e impulsar para que en Europa también exista una mayor cohesión. El objetivo no es tener una voz única sino tener una voz unitaria”.
La tarea de conectar el tercer sector con los políticos europeos, y al mismo tiempo con la ciudadanía, es una tarea de todos, según asegura Susías: “Lo que tenemos que hacer primeramente es que el ciudadano se preocupe más por lo que está ocurriendo, eso es una responsabilidad que tenemos todos como ciudadanos, pero también la tienen los políticos y los ciudadanos informados. Y también tenemos que pedir responsabilidades de lo que deciden en Bruselas a nuestros políticos de aquí. Es verdad que la señora Merkel manda mucho, pero también es porque se lo consienten los otros 26. Hay algunos que tienen peso y otros que no y decir que manda Bruselas evita a muchos políticos reconocer las carencias que se tienen en otros sitios. Nosotros, los ciudadanos informados, no tenemos que hacer ese juego, también tenemos que hablar con los ciudadanos y hacer cosas aquí para que tenga efecto allí. Europa se construye también en los despachos de Madrid y en los despachos de las capitales de las comunidades autónomas, no se construye solo en Bruselas, aunque en Bruselas hay que estar”.
Propuestas claras
Entre crítica y autocrítica, los participantes de la mesa dejan caer propuestas claras, definitivas, incluso exigencias de cara a las elecciones. Por ejemplo, Carmen Jáudenes pide una campaña accesible “en todos sus términos y soportes”, afirma: “Que las web sean accesibles, así como los programas de televisión, los documentos en los que se soporte la campaña y los programas... creo que tiene que ser una campaña en la que los ciudadanos, en concreto las personas con discapacidad, se reconozcan, se sientan animadas a participar y se rompan algunos estereotipos. También sería importante, aunque no afecta tanto al propio Parlamento sino a los ciudadanos, una toma de conciencia en las familias para que sepan que el voto es importante y que las personas con discapacidad se animen a votar”.
Y por supuesto, ya metidos en política pura y dura, reclama “la transversalidad en todas las políticas que afectan a las personas con discapacidad, y la coordinación de las medidas”.
Mientras, Rafel Company apunta la importancia del voto para todos, refiriéndose a las personas con discapacidad intelectual “ya que ahora se está ampliando y reconociendo la capacidad de voto a más personas con discapacidad”. Además, incide en la necesidad de que el tercer sector ponga en marcha un debate: “Y tomar conciencia de la importancia de ese debate para que de aquí a las elecciones podamos establecer algunos puntos de estrategia y de incidencia hacia los partidos políticos.
Y nuestra apuesta por asumir la responsabilidad pasa por que como tercer sector nos hagamos los planteamientos correspondientes que hacen falta, para que en estas elecciones europeas tenga visibilidad el tercer sector en cuanto a sus planteamientos y sus propuestas mucho más de lo que ha tenido en las anteriores oportunidades”.
Susías insiste en la labor del tercer sector, en su acción e influencia: “Es importante que las entidades sociales actuemos, que hagamos presión con respecto a los líderes europeos que se van a presentar al Parlamento, y si no, en el ámbito nacional habrá que hacerlo intentando que entren determinadas cosas. En primer lugar, que el paquete de inversión social que ha presentado la Comisión europea, con más acierto en el lenguaje que en las acciones, que verdaderamente se lleve adelante. Pero es necesario que influyamos en las candidaturas, planteando primeramente qué es lo que queremos. Y segundo, que la estrategia 2020 no sea una estrategia blanda de la Comisión Europea, que sea una estrategia que tenga un nivel duro, como tienes las políticas de administración fiscal”.
En este punto están de acuerdo muchos de los presentes, que aseguran que las políticas sociales vienen acompañadas de recomendaciones ‘blandas’, mientras las económicas o fiscales llegan en forma de directrices de obligado cumplimiento. Y así lo explica Roser Romero: “Que las recomendaciones se conviertan en directrices porque no pueden ser sólo directrices aquello que va encaminado a conseguir una Europa política más fuerte. La Europa política servirá de muy poco si luego el ciudadano está empobrecido y no sabe cómo salir, cómo tirar para delante”.
Y todo ello unido a un cumplimiento más estricto de las normas, ya que algunos de los presentes, o todos, entienden que existen muchas leyes y programas, pero no se cumplen. Susías respalda el planteamiento de Romero y afirma: “
Una de las cosas importantes es que se velara por el cumplimiento de toda la legislación que ya hay y que se fuera más a las directrices de obligado cumplimiento y no se quede solo en recomendaciones, porque cuando Europa habla de temas económicos, no son recomendaciones, son directrices, y hay que cumplirlas, pero cuando hablamos de temas sociales, hay que llegar al consenso”.
Carmen Jáudenes sentencia afirmando: “A lo mejor no hay que reinventar nada nuevo, hay que aplicar lo que ya hay. Tienen que dar cumplimiento a la estrategia 2020 y a la Convención, que está ratificada, y tiene que haber un compromiso de los Estados”.
Candidatos del tercer sector
Finalmente todos proponen que las listas de candidatos para el parlamento europeo se enriquezca con la aportación del tercer sector, una participación más activa y personalizada. Así lo dice Roser romero: “En las próximas listas electorales podría ir gente muy normalita que demuestre que la sociedad no es solo de los políticos”.
La idea es respaldada firmemente por todos los presentes, como Carlos Susías: “Eso es imprescindible si queremos verdaderamente conseguir alguna cosa. Como sector también deberíamos tener un poco esa vocación de acercamiento a los partidos políticos, porque es muy importante tener gente que conozca lo que ocurre y pueda explicarlo de igual a igual. Eso sí, si queremos tener gente del sector que vaya allí, voy a ser un poquito osado, no es para que se vaya a la comisión de servicios sociales, sino para que se vaya corriendo a la comisión de Hacienda y a la de economía, que es donde tiene que estar metido porque los diputados sensibilizados ya están en la comisión de servicios sociales, hay que sensibilizar a los otros. Es importante tener gente dentro, gente que pueda luchar también por que se cree una comisión transversal que haga un seguimiento de todas las políticas de la UE, no solo de las políticas sociales, de todas, de las políticas sociales y de las que se cargan las políticas sociales, para que no lo hagan. Y luego forzar al Parlamento para que se ocupe de materializar lo que ya ha dicho la Comisión. Si hiciesen lo que ya han dicho, tendríamos mucho más de lo que esperamos”.
“Debería ser normal que hubiera candidatos con discapacidad, entre otros sectores”, asegura Carmen Jáudenes.
Por su parte, Roser Romero se muestra contundente en este aspecto: “De la misma forma que aquí se convenció, a trancas y barrancas, pero ya tenemos políticos con discapacidades o de colectivos en riesgo en diputaciones, incluso en el parlamento español, eso hay que trasladarlo a Europa como una exigencia y como una petición, porque durante mucho tiempo se les ha llenado la boca hablando de la discriminación positiva... Hace falta que estas personas estén ahí simplemente para que con su presencia recuerden muchas cosas que hay que tener en cuenta, porque Europa la podemos tener mucho más cerca”.
La importancia del bienestar social
Y finalmente, todos insisten en la importancia de desechar las dudas que se plantean sobre el estado de bienestar y el coste que supone. Carlos Susías razona la importancia del bienestar social de la siguiente manera:
Precisamente cuando ha llegado la crisis a la UE, los países que mejor han soportado esta crisis han sido los que tenían mayor nivel de cohesión social y más estabilizado el sistema de protección social, y también, por supuesto, un mercado de trabajo menos precario”. Y añade: “Este discurso de que no se puede mantener el estado de bienestar no es un nuevo discurso, es el de siempre, lo que pasa es que en estos momentos está especialmente expresado, estemos en época de crecimiento o en época de crisis, siempre nos dan la misma receta, parece el bálsamo de fierabrás”.
“No es aceptable que la crisis sirva de excusa absolutamente para todo”, afirma Roser Romero. Y explica: “A la larga, la no atención siempre es mucho más costosa. Estamos haciendo políticas de miseria, de recortes, para el futuro inmediato de los próximos meses, sin ver si quiera si esos recortes van a servir de algo y qué beneficio van a aportar a las arcas públicas. En muchas ocasiones, la puesta en marcha de esos recortes y esas políticas es más costoso que lo que van a sacar de ellos, y además crean un problema en generaciones posteriores. Creo que este discurso de “que hay que recortar”, que parece ser la panacea, primero hay que demostrarlo y luego, si se demuestra, hay que recortar en la misma medida en todos los sectores, no es posible que siempre sea la ciudadanía la que tenga que pagar los platos rotos, en especial de las malas políticas que han hecho otros, ya sean políticos, o banqueros, empresarios, sindicatos... si hay que pagar lo tenemos que pagar entre todos, pero sobre todo hay que demostrar que esto no es viable, y hoy por hoy todavía no lo ha demostrado nadie”.
Y es entonces cuando surge una nueva propuesta desde el tercer sector, la alianza con los medios de comunicación. Carmen Jáudenes es quien la plantea: “Sería importante que los medios de comunicación trasladaran una imagen de progreso, de que se han conseguido cosas, que se ha avanzado y no estamos como hace 30 años, ni hace 10. Lo que se consigue por lo que se invierte hay que hacerlo llegar a los ciudadanos y como ciudadanos a los políticos, para que se perciba que no es un gasto, que es una inversión y una inversión rentable, rentable en términos económicos pero también en valores intangibles”.